Para las campanas…martillazos


  • Deseo que Trump nos ponga a parir cuates, que nos haga la vida de cuadritos aquí y allá, porque en ambos lados vivimos los mexicanos, que su ignorancia y su pequeñez se descarguen sobre nosotros porque la carga hace andar al burro, necesitamos un martillazo en la cabeza para despertar, somos un país de menores de edad, de mantenidos del gobierno, de burócratas insensatos, de políticos corruptos y de ciudadanos valemadristas.
  • Deseo que sean electos los peores políticos de la historia para que abusen aún más y saqueen aún más al país, que se sigan aliando con los empresarios sin escrúpulos y que los medios convencionales sigan alimentando y solapando toda esa mierda sin responsabilidad para ver si así nos dan el segundo martillazo en la cabeza que nos haga despertar.
  • Deseo que sigamos criticando sin sentido a quienes son felices y hacen realidad sus sueños, a esas y esos hombres y mujeres de bien que a pesar de todo no cesan en demostrarnos a la mayoría como se hacen las cosas, con tesón, con pasión y con enfoque; en México olvidamos todo: asesinatos, pedofilia, corrupción pero lo que no podemos tolerar es el éxito del de al lado, nuestra estatura moral es ínfima. Por eso necesitamos el tercer martillazo.
  • Deseo que sigamos perdiendo nuestro tiempo cada viernes y que glorifiquemos el fin de semana para beber, para fumar e intoxicarnos, para desconectarnos de nuestra «terrible» realidad añadiendo un eslabón a la cadena de «tradiciones» mexicanas que nos fue enseñada por nuestros padres y abuelos, desconectarnos de un presente sin remedio, la pasividad es el cuarto martillazo.
  • Deseo que no salgamos a votar y que sigamos dando mordida para que nos sigan representando imberbes violentos, narcisistas sin remedio y personajes creados ya no por los medios tradicionales sino por las redes sociales. Nuestra conexión y nuestro ciberactivismo sin resultados será el quinto martillazo.
  • Deseo que sigamos cosificando a la mujer y que llevemos a nuestros hijos a ver a «artistas» que degradan cualquier connotación de cultura, que nuestros adolescentes vayan al antro que mejor marketing hace con la foto de dos chicas dispuestas a todo, deseo que sigamos confundiendo equidad con igualdad y que nuestra sociedad se siga yendo a la chingada, en México somos machistas y preferimos verle las nalgas a una modelo de 16 años que a dos hombres besándose, toda esta violencia sorda producto de nuestra profunda ignorancia, la perversión de la semiótica que abona a los feminicidios y a la perpetuación de los moldes violentos son el sexto martillazo.
  • Deseo que sigamos alabando el concreto y las calles, que nuestras ciudades se sigan convirtiendo en monumentos al coche y no al peatón, nos quejamos del gasolinazo pero si pudiéramos iríamos al supermercado en un ocho cilindros a pesar de que podríamos ir caminando, nuestras ciudades crecen sin orden ni regulación sin medida ni visión, aplaudimos la vida nocturna recuperada de la violencia terrorífica pero en los nuevos espacios urbanos no hay un sólo negocio que no sea una cantina vestida de restaurante. Ese será el séptimo martillazo.
  • Deseo que sigamos siendo activistas de las redes, que sigamos haciendo memes y bromas, que nos quejemos de todo y no hagamos nada, síguete riendo pendejo, síguete riendo mientras te siguen chingando, ese martillazo te lo diste tú al no exigir nada a tus diputados, al pensar que no se puede cambiar nada, al firmar peticiones que no se materializan, al no asumirte como líder de tu vida, de tu barrio, de tu colonia, de tu ciudad.
  • Deseo que la prensa, la radio y la televisión nos sigan atiborrando mierda, digerida, perfumada y maquillada de nalgas y tetas que dan el clima, plumas que se rentan al mejor postor y voces que perpetúan la ignorancia, el mal gusto y los intereses de los pequeños poderosos que han dictado las noticias, los medios de comunicación han dejado de defender la verdad para defender su subsistencia, ese martillazo se lo dieron solos…
  • Deseo que sigamos encantando a nuestros hijos con gadgets que no sabemos usar, que les privemos de la tierra y los animales, de los deportes y la convivencia, sigamos haciéndolos adictos al placer e intolerantes a la frustración, tomemos a la ligera nuestro rol como padres, nuestra hueva por informarnos y ser responsables es el décimo martillazo.
  • Deseo que sigamos culpando a los políticos de todo sin que nosotros hagamos nada, que sigamos pensando que los problemas se solucionan de un día para otro, que un sólo hombre o una mujer pueden cambiar la mentalidad y los hábitos de un país, sigamos convirtiéndonos en víctimas, es mucho más cómodo caerse para que lo levanten, cómodo, hipócrita y cobarde. Onceavo martillazo.
  • Deseo que sigamos siendo un país dividido entre fresas y nacos, weros y morenos, mireyes y jodidos, niñas bien o gatas, champú o chela, coche deportivo o chocolate, que nos sigamos escupiendo todos en la cara mientras estamos encerrados en esta gran nación que aun después de una Guerra de Independencia y una Revolución no ha podido, ni ha sabido, ni ha querido reconciliarse con su origen. Que ese sea el doceavo martillazo.

¿FELIZ AÑO NUEVO?

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