La vida se nos va comiendo chocolates y sacándonos los mocos, dice una frase que acabo de inventar, y en realidad es lo que estoy haciendo (risas). Bueno, solo comiendo chocolates para encontrar inspiración, pues ya borré párrafos enteros por tercera ocasión y llevó una hora sentado maldiciendo y tirando envolturas de papel aluminio. Sí, adivinaste, estoy comiendo Kisses (marca registrada).
Así como se me fue la hora y se me están acabando los chocolates (qué tristeza), se nos fue el año. Puras mamadas, dirán muchos, puras cosas buenas, dirán otros, lo cierto es que el país está de la verdura y las cosas no parecen cambiar. Me tiene inquieto el gasolinazo y estoy en duda con respecto a mis alumnos: me preocupa que no hayan recibido lo que pidieron de navidad y regresen a la escuela sin ganas de trabajar.
Seguimos siendo gobernados por un presidente que aún no se da cuenta de la implicación de su investidura y cuyos asesores, estrategas o no sé cómo referirme a ellos (si conoces algún apelativo aplicable, por favor házmelo saber), siguen haciendo vino artesanal (de ese que pisan, con los pies OBVIAMENTE) que solo ellos se toman, pues nosotros somos las uvas. La neta, está cabrón. No sé mucho de cuestiones políticas; pero por lo que me indica mi estructura cerebral dedicada a tales cuestiones, el 2017 pinta para ser un año bien quién sabe cómo.
Todo esto NO ES para desalentar tu espíritu, ni tirar tu optimismo por El Gran Cañón y ver cómo da vueltas y vueltas hasta que se queda atrapado entre dos piedras y a pesar de sus gritos nadie acude a su auxilio. NO, no me interpretes mal, tranquilo. Déjame contarte que hace unos días escuché a Toño Miranda en la radio, hablando sobre la cuestión de La Actitud (cantos celestiales, mientras se ilumina el espacio). Bien, dejando de lado la escenografía y los cantos celestiales, me gustó el mensaje de El Jefe Tony, perdón de Toño Miranda: “no podemos controlar lo que sucede a nuestro alrededor, pero sí, cómo actuamos ante eso” (cantos celestiales, mientras se ilumina el espacio). Con solo pensarlo, no evitaré que Peña Nieto siga hablando un pésimo inglés o que se le caiga el pastel mientras intenta derretirlo con sus ojos como si fuera Superman (risas). Mi invitación es que mandes a la chingada tu lista de propósitos y te concentres en uno solo: HACER LAS COSAS DE UNA FORMA DISTINTA. El país no lo va a cambiar una sola persona, no lo hicieron Fox, ni Calderón, no lo está haciendo Peña (pues no puede), y tampoco lo hará López Obrador; somos nosotros desde lo que hacemos y dejamos de hacer. Si antes leías el TV Notas, cambia por lo menos a Selecciones (es buena revista, no la estoy demeritando); pero, por lo que más quieras, NO HAGAS LAS COSAS SOLO POR HACERLAS, tómate tu vida tan en serio que puedas asumir que tú eres el verdadero autor de la misma. Decía Soren Kierkegaard que la libertad, la infinidad de posibilidades es lo que nos causa angustia. Por mi parte puedo decir que si no empezamos a ejercer esa libertad y esa capacidad de tomar decisiones, jamás nos liberaremos de la angustia. Tenemos al mismo tiempo, nuestro problema y nuestra solución, lo demás está en tus manos.
Ya me voy, pues ya se acabaron los chocolates y ya mero llega mi paciente. Saludos y que tengan un angustioso año nuevo, pues si no se angustian, no deciden. ¡Salud!
Ah, y para cerrar con cursilerías:
“INTENTA SER SIEMPRE LA MEJOR VERSIÓN DE TI”.