Porfirio Alejandro Muñoz Ledo y Lazo de la Vega nació en la Colonia del Valle en 1933, es un hombre de 86 años cuya lucidez simplemente impacta.
Se puede hablar de una figura pública a su favor o en su contra, sobretodo en la era digital en la que lo que abunda es la crítica cómoda desde el celular, muchas veces sin sustento.
Muñoz Ledo llegó a la Comarca Lagunera a hablar del estado 33, el estado de La Laguna. Platicó con los asistentes a la charla que se llevó a cabo en el Parque de Innovación Tecnológica de la Universidad LaSalle con paciencia y buen humor.
Entiendo que fueron convocadas y convocados los alcaldes de la comarca lagunera tanto de Durango como de Coahuila, sin embargo solamente asistieron el alcalde de Torreón, Jorge Zermeño y la alcaldesa de San Pedro, Paty Grado, ambos de extracción panista.
Su participación fue una cátedra de derecho constitucional en la que participaron con valiosísimas aportaciones algunos asistentes entre los que destacaron Don Heriberto Ramos Salas, Don Juan Antonio García Villa y Don Fernando Rangel de León, entre otros…
Sortear los candados para la creación del estado de La Laguna fue la meta intelectual de la reunión, Porfirio dejó un mensaje claro: hay voluntad política y existen los mecanismos legales para la creación del estado 33. En ese sentido el valiosísimo trabajo que la agrupación ELLA hizo al recolectar medio millón de firmas autógrafas, entre muchas otras acciones, son un antecedente inmediato y clave para que este sueño de muchas y muchos laguneros se haga realidad.
Al término de su charla y en punto de las 2:30 de la tarde tuve el privilegio de comer con Muñoz Ledo y un grupo de invitados. Ahí se dieron cita personas que nunca habían convivido con el, con puntos de vista diferentes y múltiples cuestionamientos. La comida fue muy agradable, Porfirio compartió filias y fobias, dijo que el político debe ser como el elefante, con la trompa larga para decir verdades, orejas grandes para recibir información, grandes colmillos para defenderse, las patas bien firmes en la tierra para no perder piso y la cola muy corta. Habla de su patrimonio con orgullo ya que a pesar de haber estado en la política durante 60 años no han podido tacharlo de corrupto, ni Gutiérrez Barrios pudo, según lo que nos contó.
Así es Porfirio.
Habló de la corrupción, de la cuarta transformación, de “Pepe”, de “Jaime” (Vasconcelos y Torres Bodet) y un sinfín de temas. Los invitados se animaron a hacerle todo tipo de preguntas y al final decidimos tomarnos la foto del recuerdo.
Muñoz Ledo es el único mexicano que ha presidido el Consejo de Seguridad de la ONU, el único mexicano que fue Presidente de dos partidos políticos nacionales, diplomático y hombre de poder en sexenios de un México pasado, escuchar las anécdotas de Porfirio es una experiencia singular ya que nadie puede negar su inteligencia que se mantiene intacta.
86 años pesan, sin embargo Porfirio no cede, bebe y fuma con naturalidad y descaro, su edad no le permite gesticular como lo hacía antes para subrayar sus dichos con sus manos pero la mirada brava y clara le recuerda a cualquier interlocutor que hablar con Porfirio es estar frente a una inteligencia política de otro nivel, intentar discutir con el es una empresa torpe, arriesgada y peligrosa para el ego, a Muñoz Ledo no se le debate, a estas alturas se le aprende.
En la foto posamos con gusto, la comida fue un ejercicio interesante y enriquecedor, por lo menos para mí, ya que escuché puntos de vista opuestos y opiniones encontradas. Publico la foto con la tranquilidad de que no molestará a los asistentes pero consciente de que dará de que hablar.
A mi lado se encuentra mi papá, Jorge Torres Castillo, el sonriente señor de corbata que luce más joven que yo ¿será porque sabe algo sobre el estado 33?
El tiempo lo dirá…
CENSURA MESTA 