“En parte, a nuestra vida le podemos dar un rumbo, si ustedes no le dan un rumbo deliberado no se preocupen, el mercado se los va a dar y se van a pasar toda la vida pagando cuotas a fin de mes y soñando que progresan comprando nuevas cosas hasta que sean unos viejos inútiles. La otra alternativa es que parte de la vida la gasten al servicio de una utopía si quieren, de intentar construir un país mejor, una sociedad mejor, para los que van a venir después de ustedes, pero esa es una decisión consciente y que en alguna etapa de la vida hay que tomar, y que si tu no la tomas conscientemente, mecánicamente la realidad te va a arrastrar y vas a creer que progresar significa cambiar la moto por el auto y después cambiar el autito por un Audi y así sucesivamente.”
Lo anterior lo dijo un personaje cuyas intervenciones y entrevistas casi siempre me han parecido fascinantes en el marco de su visita a México en la Conferencia de prensa previa al encuentro con estudiantes de la Ibero con motivo de su investidura como Doctor Honoris Causa por el Sistema Universitario Jesuita, puedes ver la conferencia completa pulsando aquí y su conferencia con los estudiantes pulsando acá.
Escuchar a José Mujica (Montevideo, 1935) me hizo reflexionar sobre muchas cosas, entre ellas la importancia de la experiencia adquirida con el paso de los años.
Mi Papá y mi Mamá se encuentran en la ciudad, desde hace muchos años ambos viven en la Ciudad de México y en estas fechas visitan nuestra tierra, La Comarca Lagunera.
Desde el día que llegaron mi papá me invitó a una reunión sobre el estado de la laguna a la que acudirían algunos personajes que se volvieron a emocionar con esta idea desde que vino Porfirio Muñoz Ledo a la ULSA hace apenas unos meses, sus caminos jurídicos y la voluntad política expresada por el Presidente de la República incluso antes de serlo, como se puede leer en esta nota de El Siglo de Torreón que data del año 2015.
Te seré franco: consideraba que el tema estaba desgastado, que estaba cuesta arriba, que me daba hueva, que solamente estaban involucrados hombres pertenecientes a una generación diferente a la mía, en fin, yo iba a acompañar a mi papá más que a participar ya que no conocía bien a bien mi lugar en la reunión.
Escuchar de Don Heriberto Ramos Salas que hacía falta reconocer la labor de quienes han encabezado esfuerzos por este sueño me pareció congruente y justo, en ese sentido reconocieron y reconozco a Pedro Luis Martín Bringas como un hombre clave para ELLA y la exitosa campaña de recabación de firmas autógrafas que organizó junto con otros hace años. Todos los presentes estuvieron de acuerdo cuando le mencionaron.
También me dio gusto escuchar que era fundamental invitar a mujeres porque eramos puros hombres, el mismo gusto que me dio escuchar que en este momento el sueño del estado de La Laguna se puede lograr sumando esfuerzos sin intereses personales, políticos o liderazgos únicos.
Sobre lo anterior quiero hacer una pausa para reconocer a los participantes de dicha reunión: casi todos pertenecen a la generación conocida como “baby boomer” debido a la explosión demográfica que se dió al final de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) y estoy seguro de que ven un mundo muy diferente al que ellos conocieron en tiempos anteriores.

Siendo yo el jovenazo de los convocados seguido por Carlos Bracho, pronto me di cuenta de que no se había invitado a una sola mujer ni a personas menores de 40 años pero me dio gusto que no tuvimos que ser los más “chavos” los que abordaron esa omisión para que no volviera a suceder en el futuro.
En ese sentido (y ya emocionado) les propuse hacer un video que se pudiera compartir por WhatsApp y por redes sociales para transmitir el deseo de todos los presentes por sumar a más laguneras y laguneros a la búsqueda de este sueño que para muchos sigue siendo una utopía, pero no para mí y menos para quienes asisitieron.
Organizaciones como Laguna Yo Te Quiero y la Red de Mujeres de La Laguna fueron propuestas para hacer sinergia inmediata, se habló de otras organizaciones, personas, hombres y mujeres que quieran sumarse para lograr entre todas y todos este anhelado sueño que ha dejado a generaciones frustradas.

Se hizo énfasis en el respeto a los hermanos duranguenses y saltillenses, en la identidad como mexicanos, en la lucha por más de cuarenta años de muchas y muchos que nos antecedieron, en la voluntad política para lograrlo, en la cerrazón de otros para evitarlo, en los caminos jurídicos, las redes sociales y un sinfín de ideas.
Pero lo que más gusto me dió fue el entusiasmo de esos viejones, entusiasmo que casi de inmediato me asaltó como una enfermedad y de pronto lo vi todo muy claro: en la búsqueda del estado de la laguna todas y todos hacemos falta, todos aportamos, todos somos necesarios porque
¿sabes una cosa?
SI SE VA A HACER.
Y lo digo con la tranquilidad, el respeto y la mesura que hacen falta para pedirte también que si llegaste hasta el final de esta crónica la compartas a través de tus redes sociales y tus mensajes, nos hace falta tu ayuda y participación al menos en redes sociales.
Yo quiero dejar un país y una sociedad mejor para los que vienen después de mi… ¿y tu?