La estupidez de un soñador…


La crianza conlleva cierta irresponsabilidad.

Consciente o inconscientemente educamos a nuestros hijos y les programamos ideas que ellas y ellos se llevan a la cabeza digeridas por sus jóvenes mentes que entienden ligeramente diferente, en el mejor de los casos, la idea que como padres queremos transmitir.

No hablo como Padre sino como hijo.

A mi me enseñaron en casa que la política es una labor noble.

Las decepciones más fuertes que he sufrido han surgido de la política.

De pequeño me leían fragmentos de historia novelada sobre múltiples personajes que hicieron, a su manera y en sus circunstancias, política.

José Fouché, Benjamin Disraeli, Maquiavelo, Baltazar Gracián, José Ingenieros, André Maurois, son nombres de personajes y autores que me vienen a la memoria.

De niño veía los informes de Gobierno, no había nada más que hacer ese día pero en vez de salir a jugar a la pelota yo me quedaba escuchando.

El primer informe que me llamó la atención fue el último de Miguel de la Madrid, interpelado por Porfirio Muñoz Ledo.

Luego, a los 10 años empecé a aprender todo lo que hace un soldado de campaña, la tropa, desde abajo.

Hacer engrudo, pegar posters de papel revolución en los postes de luz, vocear en cada colonia y ejido, doblar trípticos y dípticos, ser avanzada del candidato, tomar fotos, entre un inacabable catálogo de etcéteras, fueron gran parte de mi infancia.

Me la pasé muy bien, pero creía que algún día las cosas cambiarían para bien, y no fue así ni en el municipio, ni en el estado, ni en La Laguna ni en el país.

Soñar no cuesta nada sin embargo es muy peligroso.

Sólo basta contrastar la realidad con lo que uno acaricia en sus anhelos para que se nos recuerde quienes somos y en donde estamos…

que nos ubique, pues,

Yo no voy a dejar de soñar, pero si voy a dejar de perseguir mis sueños, no son posibles entre tanta frialdad, tanto alejamiento, tanta mierda.

Sueño con una sociedad tolerante e inclusiva sin violencia, en donde no quepan el ataque cobarde, el amedrentamiento y en donde el dinero no sea un factor para hacer política.

Más valdrá ponerse a cocinar para dejar de hacer estupideces…

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