Nunca había intentado escribir al sentir un ataque de pánico, es interesante porque me permite tratar de ordenar a la mente que divaga sin orden y con fuerza, como si estuviera uno en medio de una fuerte corriente que lo lleva a uno hasta la muerte que nunca llega…
eso es la ansiedad,
Toda mi vida, desde que tengo memoria, he sentido envidia por las personas que pueden dormir más de 5 horas, o que duermen de día, que se toman una siesta o que pueden seguir dormidos si nadie les despierta. Hace años logré conciliar el sueño y espantar al insomnio con buenos hábitos (y algunos no tan buenos) y es que las altas horas de la noche lo enfrentan a uno con sus pensamientos y sus angustias y pues se le va a uno el aire.
Pasan los minutos, las piernas lo suplican, el cuerpo lo demanda, vamos a dormir, sin embargo la mente anuncia que en el instante en el que nos acostemos estará el pensamiento divagante, hoy es una de esas noches en las que la respiración, la meditación, el medicamento y la terapia no son nada, se aferra el sueño a no llegar.
Estoy cansado.