¡Mejores que nunca!

No soy crítico de comida porque no califico los lugares, no creo que alguien tenga el derecho de obviar el esfuerzo ajeno aunque hay esfuerzos que por su descuido son, sin duda, célebres. Sin embargo estoy absolutamente seguro de tener un buen paladar, no se trata solamente de ser tragón o de saber cocinar, de respetar el origen de los alimentos o de entender un concepto que nace de una pasión.

En este tiempo en el que todos los esfuerzos parecieran dirigirse (tristemente) a franquiciarse y convertirse en millonarios de la noche a la mañana (lo que rara vez sucede), cuando nuestro tejido social está rasgado por la violencia, las redes sociales y la falta de empatía, se dan anomalías que se enfrentan al sistema con alegría y de manera descamisada, con amor, con pasión, con entrega y con una calidad que pocos lugares ofrecen en la Comarca Lagunera y en el norte del país, al menos.

Conozco mi país, he comido en la calle y en los más exclusivos restaurantes, en lugares intermedios y en lugares sin alma del norte, centro y sur de México sin embargo La Ofrenda es hoy la mejor versión de lo que siempre ha sido. Estoy escribiendo este blog al lado de la hermosa ventana que da a la Ocampo dentro de su comedor con peculiares bóvedas, Raúl, el Chef detrás de los platillos rara vez se deja ver pero siempre tiene una sonrisa y hoy no está consciente de lo que están mandando desde su cocina, estoy seguro de ello, si lo supiera exigiría unos aplausos, mismos que lamento no haberle dedicado pero puedo asegurar que si un afamado crítico o un juez de esas publicaciones internacionales que dan estrellas, estrellitas y estrellotas por alguna razón hubiera desayunado hoy aquí se hubiera ido simplemente impactado y debatiéndose entre compartir con el mundo este secreto bien guardado en el corazón de Torreón y la Comarca Lagunera o quedárselo como pecado mortal y delicia mañanera.

Escrino velozmente para que el recuerdo de mi desayuno no se borre, hoy pedí los huevos campesinos (como el significado de mi nombre que significa campesino, no huevo) platillo que consiste en dos huevos estrellados -obviamente- con la yema tierna, perfectamente ejecutados sobre una cama de frijoles negros en bola guisados sobre un par de tortillas pasadas por aceite (o pochadas, como les dicen) encima de ellos unas rajas con cebollita morada bien pasadas de lanza; procedí con precisión quirúrgica, corté con el tenedor parte por parte hasta dejar un par de yemas tiernas, listas para ser comidas coronando las capas subyacentes de alimento.

Con los ojos cerrados tomé el bocado y lo llevé a mi boca, mastiqué: la lengua disfrutó de la sedosidad de la yema que emulsionaba los sabores con el constante y lento vaivén de los molares que trituraban suavemente y sin reparo la masa nutritiva de frijoles, tortilla, rajas y yema perpetuadas para siempre en mi memoria y para nunca correctamente descritas por mis palabras, simplemente indescriptible, delicioso y apenas iba por la primera de dos deliciosas yemas.

Seguir describiendo la experiencia convertiría este blog en un relato rosa.

En el lugar se escucha música ecléctica de extraordinario buen gusto, sobretodo por el volumen que invita a disfrutar de la charla y el barullo de los demás. Marina, en la caja, en los salones, siempre te recibe con la calidez de quien disfruta ver a los demás a los ojos, conocerles, verles regresar y comer, reir, disfrutar como sólo en La Ofrenda se puede.

Dedico este blog a su carta, potente y milagrosa en los chilaquiles, los huevos, los desayunos mexicanos en general, a su café negro como mi magia, a su jocoque, sus salsas, su equipo, sus instalaciones, su humor, su ambiente, su vibra y su magia.

¡LARGA VIDA A LA OFRENDA CONCEPT STORE Y CAFÉ! ¡A Marina y a Raúl, a Raúl y a Marina! ¡Bravo!

La Ofrenda Concept Store & Café se encuentra ubicada en Ocampo y Rayón, en contra esquina del IMES a una cuadra de la Calzada Colón, no abren los lunes ni después de comida.