No suelo emborracharme los domingos


Nunca escribo mi blog estando en la calle, aunque me gusta caminar y amo estar en lugares concurridos de vez en vez, de vez en mucho, considero que el acto de escribir es tan íntimo que siempre sucede (o casi siempre) en la cama.

Hoy me encuentro en un lugar tan común y tan impensado para mi como la Calzada Colón, pulso de mi querida ciudad y lugar en el que camino casi diariamente. Común porque lo camino estando en la oficina e impensado porque siempre me gustó esta ciudad para vivir, con todo y sus cosas, con todo y sus casos Torreón siempre me gustó para vivir…

Excepto en el tiempo de la inseguridad, en aquellos años terribles el horror se asomaba a nuestras casas estrenándonos muchos como padres y… mejor no hablemos de ello que no es el objeto ni razón de este blog ni de mi sagrado domingo.

Me estoy tomando una cerveza, bueno, empieza la segunda y creo que seguir el ejemplo de Bukowsky es tan cliché que paradójicamente lo ignoro y tal vez caiga en el mismo pero, estando en la calle tal vez sea ignorado, como si estuviese escondido de nadie, lo que me recuerda que era Conan Doyle quien afirmaba que el mejor lugar para esconder las cosas era donde todo mundo las veía. Tal vez me estoy poniendo borracho, carajo.

Tarro helado, no en cualquier lado

Sin embargo no es un secreto que los seres humanos nos desinhibimos o relajamos con diversas sustancias. La verdad es que el drama es de cada quien. Nadie quiere escuchar problemas ajenos, a menos que sea su vocación, lo que me parece admirable y sexy.

Hoy llamó mi atención un pequeño lugar vecino de mis amigos de Zaragoza (uno de los mejores bares de la ciudad) que se llama La Lagunera Clamatería y me di la oportunidad de entrar.

Sombra natural que refresca y te invita a estar afuera

LLamó mi atención que en plena Colón puedes entrar a tomarte una deliciosa cerveza dominical gozando de un clima establecido en lo que yo supongo eran 23 grados centígrados, y con la opción de estar afuera disfrutando de la sombra que dan tanto su ubicación como la (sombra) natural del lugar.

¿Cómo no llegar a darle una oportunidad? y me fue muy bien…

Pasan la raza, los chavos, los del templo de adelante que siempre me ven raro, la niña del vestidito corto que ni es niña ni tiene corto nada, las siete indígenas de las que dos cargan cada una a un bebe en su espalda y tres de ellas, de edades menores a los siete años se acercan y me piden limosna y me quedo pinches pensando mientras deposito, sin voltear a ver por enseñanza de hermandad, unas monedas en sus manos y ellas comen unos tostitos entre las siete, que este país es el segundo lugar en cuanto a movilidad social se refiere mientras que nos ahogamos en twitter hablando de la puta pigmentocracia, en este país nos tardamos en promedio 66 eternos años en subir de clase social (si es que logramos hacerlo).

-acaba de pasar un poema caminando-

y me sonrió,

suena el humo del cigarrillo fuerte y lamento que la gente siga fumando porque nos hace daño y porque se me pinches antoja, casi se me antoja casi todo en este momento, la cerveza se mece en la mesa y hace como olas

¡Hola!

me encantaría que me dijeran ya que me encuentro solo

Los cacahuates ahogados no tienen madre, pedí dos veces

Es un hecho, tengo que caminar, es muy temprano y es domingo, y no suelo ponerme borracho los domingos…

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