MOREIRALANDIA


Tal pareciera que vivimos en un estado en donde los «avances» se dan gracias a la voluntad de un sólo hombre, guía y pastor de un rebaño de fieles que no sabemos cómo vivir nuestras vidas, que necesitamos de un redentor que nos guíe por el buen camino y que, como buen pastor nos lleve a todos hacia un mejor futuro, un futuro más mejor…

El Gobernador Rubén Moreira manda mensajes muy claros de que es él y sólo él, apoyado por el servil y requisitoso congreso del estado, quien decide y seguirá decidiendo qué espectáculos se pueden montar, qué música se puede escuchar y qué tipo de relaciones se pueden tener en Coahuila, en lo personal aplaudo que se dé apertura a los matrimonios entre personas del mismo sexo, que se trate de evitar la llamada «cultura de la violencia» prohibiendo el funcionamiento de lugares y clausurando los existentes que pongan narcocorridos, si yo fuera Dios o tuviera poder absoluto sobre la sociedad seguramente caería en las embelesadoras garras de la tiranía y dictaría a mis congéneres mis reglas de vida, las que a mi juicio fueran más convenientes para sus vidas, prohibiría el reggaeton, los narcocorridos y la música «naca» (como le dijo el gober a los buchones), prohibiría las películas donde sale Sally Field y las telenovelas así como toda la discografía de Ana Gabriel, declararía ilegales las transmisiones de Ernesto Chavana y de Laura de América (que con el surgimiento de Blim no tarda en regresar) y haría un sinfín de leyes y modificaciones a modo para que no existiera el horario de venta de alcohol ni de cierre de bares, aumentaría las multas por manejar ebrio y haría todo un programa para inhibir el uso del coche fortaleciendo el sistema de transporte público para que fuera eficiente, ecológico, accesible y digno, me aseguraría de que en Coahuila hubiera una rígida ley que cuidara la tenencia responsable de animales domésticos y modificaría la fiesta brava para evitar el daño a los toros, me aseguraría de que la marihuana fuera absolutamente legal e invertiría en un centro de investigación sobre sus propiedades, usos y aplicaciones, invertiría en hacer de Coahuila un Sillicon Valley mexicano apoyando la creación y generación de carreras y empleos mediante la demanda de una industria cinematográfica que gozara de beneficios fiscales y a través de la industria informática, y para rematar mandaría hacer un monumento a la lactancia que estuviera a la vista de todos y que amparara a las madres y su derecho de dar de comer a sus hijos en donde les dé su rechingada gana sin temor a que alguien las acosara porque se haría acreedor a un arresto por falta administrativa superior a las 24 horas. Mucho de lo que digo es en tono de broma, no haría muchas de esas cosas ni aunque pudiera…pero Rubén si.

El problema es que no necesariamente lo que yo haría es lo que tu que me lees quisieras que sucediera, se supone que vivimos en una democracia y que estamos bien representados, sin embargo ni estamos representados ni vivimos en una democracia, vivimos en un estado bipolar, que un día amanece incluyente y liberal y otro reaccionario y conservador, se respetan los matrimonios igualitarios pero se quieren prohibir los narcocorridos por violentos y por nacos, se prohiben las corridas de toros pero se analiza la legalización (eventual) de la mota, en fin, tal pareciera que las ideologías políticas han desaparecido y lo que prevalece es una especie de clasismo político oligárquico que juzga lo que «no entiende» (según sus declaraciones recogidas por El Siglo de Torreón hoy viernes 4 de marzo) y que considera un ataque personal las críticas a sus actos como Gobernador, recordando la lapidaria frase de Luis XIV en el marco de la monarquía absoluta: EL ESTADO SOY YO.

Creo que el Gobernador ha tenido aciertos si, pero también adolece de grandes flaquezas como la megadeuda cuya información está reservada por su propio gobierno que habla de transparencia y se vanagloria en contar con la bendición de la Secretaría de la Función Pública y su titular Virgilio Andrade, el mismo que no encontró delito ni falta alguna en todo el escándalo de la llamada «Casa Blanca de Peña Nieto», acierta en respetar los derechos de las personas que desean casarse con el ser amado siendo de su mismo sexo pero cava una tumba ideológica de confusión cuando dice que los narcocorridos son nacos, ¡si lo son, como lo somos todos los mexicanos, es parte de nuestra cultura Señor Gobernador! ¿o usted nunca ha escuchado a los Tigres del Norte, Ramón Ayala o Lalo Mora?

Creo que es tiempo de que tres actores hagamos algo:

  • Que la sociedad cuestione, critique y participe en la toma de decisiones y procesos gubernamentales con toda libertad y acierto.
  • Que el Gobernador empiece a escuchar a todos por igual y a respetar los derechos dejando de ser invasivo y autoritario ya que su «liberal conservadurismo» no sólo no aporta sino que puede ocasionar una regresión real a un estado distópico cuando termine su sexenio.
  • Que los diputados del Congreso del estado salven lo poquito que les queda de dignidad y sean un verdadero contrapeso a las decisiones que se toman en Moreiralandia.

 

NUNCA ES TARDE…

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