La felicidad es un acto de desafíos


Yo no era de conciertos.

Tampoco era de motos, ni de tatuajes, mucho menos de barba larga o de raparme el pelo a los lados, muchas cosas que quería hacer estaba seguro de que no me correspondian, no era el rol que debía desempeñar, simplemente no era mi papel.

Las CRISIS nos ayudan a CRECER, y pareciera que ambas palabras son hermanas o parientes al menos y yo no quiero (ni debo) dejar de recordar mi crisis más importante, la de la media edad, la de la edad media o como le dicen los weros: the middleage crisis…

He recibido el sabio consejo de voltear hacia atrás y ver en retrospectiva la vida de vez en cuando para poder seguir creciendo, como cuando termina un año y acostumbramos muchos de nosotros hacer un recuento, yo puedo decir que este año ha sido uno de los mas chingones que haya vivido.

Considero que todos estamos expuestos a que esto nos suceda, es más, creo que casi a todos nos pasa pero de manera diversas, incluso me aventuro a asegurar que hay quienes no superan la etapa y viven en una constante crisis de la media edad (en México el promedio de expectativa de vida en varones es de 76 años) y es por eso que vemos en muchas personas cambios radicales de estilo de vida, de forma de expresarse o de vivir, de vestir, de repente aparece un amigo completamente cambiado o haciendo cosas que nunca hizo y es entendible: a los treinta y algo ya no eres jóven pero tampoco eres un viejo, sientes que el tiempo se acaba y si no le encuentras sentido a lo vivido hasta ahora entonces la frutración crece y crece también el miedo, creo que estos dos factores combinados preparan un caldo de cultivo rico en ansiedad que produce malas decisiones.

Tal vez si hubiera tenido las agallas de hacer lo que quería hacer desde que fue el momento no hubiera vivido esto, pero también, créeme, no cambiaría absolutamente nada de lo vivido, nada, ningún exceso, ninguna abstención, nada…

Ayer fui a ver a Pearl Jam al Foro Sol, mi primer concierto masivo de este tipo, fui a esperar a que tocaran Jeremy, para mi era cerrar un ciclo muy largo que inició el primer día de secundaria, la rola, sus letras, la interpretación obsesiva y delirante de Vedder casi reventando la garganta, la desesperación y el dolor de un adolescente encontraron en mí un espejo que, estoy seguro, tuvo millones de espejos similares en mi generación y en aquel momento.

El concierto venía con una racha de exitos en las diferentes ciudades en donde se había presentado y ayer, en la Ciudad de México cerraron el tour, razón por la que creo, hubo magia, no dejaron de tocar durante tres horas, comenzaron a las 8:48 de la noche y terminaron a las 11:48, una de las primeras rolas fue la que considero una de las mejores en la historia del rock y la demanda más sentida de aquel momento y definitivamente el mejor video musical que he visto: Do the evolution.

La gente coreaba, Eddie hablaba en un español agringado haciendo un esfuerzo por comunicarse con nosotros, nos dijo: La felicidad es un acto de desafíos…

A la mitad del concierto habló de la tragedia en París y el concierto cambió, pidió que se prendieran las lámparas de todos los celulares y que cantáramos con él IMAGINE de Lennon…las lágrimas se veían en los ojos de los de al lado y en los propios también, y es que el llanto se produce por la absurda idea de ser todos felices, sin distinciones, sin razas ni países, sin religiones ni colores de piel, la absurda idea ser felices que por absurda podría convertirse en realidad tal vez, algún día…(you may say I´m a dreamer)

El concierto duró tres horas, le cantamos las mañanitas a Matt Cameron y despedimos al cámara que ha acompañado al grupo durante 28 años.

Pero esto no es una reseña y mucho menos quiere ser una crónica porque faltará contarte que tocaron Comfortably Numb del eterno Roger y faltaría mucho más que no alcanza con este blog para contarte pero esto si es el cierre de una etapa y el agradecimiento a la vida por sentirme bien dentro de mi piel, en mi país y en mi persona y lo más importante, como parte de mi generación, una generación que anoche coreó las canciones de Pearl Jam con una luna enorme de fondo, una generación que se ríe de sí misma al gritar «Vivan los chavorrukos», una generación que celebra el Ukulele de Vedder y que se maravilla ante las cosas bien hechas, un concierto profesional y entregado y un cantante que no conoce límites para conectar con su audiencia, es un orgullo verlos tocar y rockear y brincar y sentir con el mismo espíritu de cuando todo empezó pero con la madurez en la vista.

Gracias Eddie por hacerme reflexionar que pertenezco a la Generación X, la generación más partemadres de la historia…y gracias por conectar con una nueva generación con la que tenemos la responsabilidad de compartir, de apoyar y sobretodo…de aprender.

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