Hoy festejaré a mi Patria, la honraré con mi trabajo, le dedicaré mi mayor esfuerzo, por mi, por los míos y por ella, La Suave Patria a la que López Velarde le dedicó las palabras mas bellas que he escuchado y que me siguen emocionando hasta las lágrimas:
«Diré con una épica sordina:
la Patria es impecable y diamantina»
Comencé mi jornada muy temprano casi de madrugada y en cuanto termine lo que ahora escribo me volcaré en mi trabajo, en mis pasiones; procuraré ayudar a otros y mejorar, no me fijaré en lo que está mal para señalarlo sino para corregirlo, trataré a todas y a todos con amabilidad y paciencia, no buscaré fama ni fortuna, no seré Alcalde ni Gobernador, mucho menos Presidente, no apareceré en las portadas de los diarios ni me convertiré en millonario, simplemente haré lo que tengo que hacer: me pondré a trabajar con entusiasmo, con felicidad, agradecido de estar en mi país, a pesar de todo…
México se siente mal, se le nota en los volcanes y en las sierras, se le nota en el ruido de la calle, en los que no tienen que comer, se le nota en las redes y en los medios, se nos nota a muchos de nosotros. Por eso propongo festejar, por eso propongo celebrar con trabajo, con esfuerzo, con honradez…un día a la vez y que mañana todo se repita.
«Tú no sabes chamaca, tú no sabes, lo que crece la patria con la ausencia.
¡Para saber lo que mi Anáhuac vale es preciso lazarse mar afuera!»
Adolfo León Ossorio, el tribuno del maderismo convertido en poeta, el militar desterrado en la posrevolución, harto de Francia a su regreso le decía esto a una musa imaginaria en su «Canción del retorno» casi perdida en el olvido. Otra canción centenaria ha sido inmortalizada por Eugenia León, «La Paloma»…
«¡No te quiebres país! ¡Aquí está mi canción!
¡Que un águila y una serpiente defienden a esta nación!»
México es la suma de todos nosotros, hombres y mujeres de bien que creemos en el trabajo constante, en la búsqueda de la virtud, en el pensamiento crítico, en el análisis y en la propuesta en el trabajo de campo y en el sudor, en la honestidad y los tratos de palabra, en nuestro pasado y en nuestro futuro, somos más que sangre derramada, somos mucho más que los robos de los hampones, somos mucho más que eso.
Aunque parezcan menos, aunque parezca difícil, aunque suene increíble hoy decido apostarle a la fe, la que me hace creer que aun hay funcionarios honestos, periodistas comprometidos, maestros con vocación, líderes incorrompibles, estudiantes con esperanza, niños con sonrisas y un México gigante.
No te quiebres país,
como me quiebro yo…