Preferiría que estuviera dormido, tal vez agotado después de haber jugado con papá y mamá, emocionado por la felicidad de conocer el mar, seguramente se tendió a dormir después de haber reído y jugado y su risa llenaba de gozo a sus padres y hermanos. Me encantaría creer que solo descansa y de su pecho salen pequeños y breves, rápidos ronquidos. Duerme profundamente y su corazoncito late y late, lleno de vida… y de esperanza.
Al despertar seguro dará a mamá un gran abrazo y preguntará cosas sin sentido, como las cosas que preguntan los pequeños a su edad. Volteará a ver a papá preguntándole con los ojos que nuevo plan traerá la tarde, que cosas maravillosas descubrirá.
Se llenará de arena,
de sal de mar,
sentirá en su piel el calor
de la playa y seguirá corriendo
y viviendo
grabando en su memoria
los momentos mas felices de su vida.
Preferiría que estuviera dormido soñando con un mundo de fantasía como son los mundos de los niños, en donde las hadas y los héroes son mas verdaderos que nunca, en donde las hadas y los héroes protegen de todo mal, de todo peligro.
Preferiría que estuviera dormido…
pero no lo está.