FUNDAMENTAL LEERLO
Mario Muchnik ha sacudido los titulares de cultura con la declaración: Tengo 83 años y busco trabajo. Está arruinado. No es novedad que los editores de libros transitan por una noche oscura pero, en su caso, el golpe mortal lo asestó una factura de hospital. Tuvo un infarto en 2008 y, como efecto dominó, su sello editorial colapsó. La declaración remueve el terror nocturno de muchos. ¿Qué escritor, editor o librero no vive en la zozobra de acabar sus días en la miseria? Si eso le pasó al editor de Cortázar y Susan Sontag, qué pasará conmigo.
Además, el caso de Muchnik toca en la llaga en el tema de la vulnerabilidad social a la que se expone el colectivo de empresarios y trabajadores culturales cuando pasan por vacas flacas o llegan a la vejez. No es un asunto menor.
¿El fracaso de Mario Muchnik es un caso aislado…
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