Tenía que escribir esto: soy muy afortunado. He aprendido que puedo sonreír nuevamente, que puedo descubrir todos los días viendo la esperanza en el rostro de nuestros hijos, que cada jornada encierra una oportunidad maravillosa de triunfar.
Veo este día y lo aprovecho como nadie, estoy mas consciente que nunca de mis errores, de mis defectos, de mi naturaleza y eso me hace persistente y sabio, mas maduro, mas centrado.
He venido en busca de una nueva oportunidad y te estoy escribiendo a ti, amor de mi vida, para que me esperes porque se que puedo lograrlo, se que podemos lograrlo. He llegado a esta ciudad que me recibe maravillada de que puedo conquistarla.
Estoy en mi futura oficina en el piso 99 desde donde te mando un beso a ti y a nuestros pequeñitos.
Te amo.
Desde la cima del mundo.
Nueva York, 11 de septiembre de 2001.