Hoy si estoy triste, me gustaría que lloviera.
Sin embargo vivo en una tierra en donde nunca llueve.
Cuando cae la lluvia es como si descargáramos los que aquí vivimos un peso muy grande que llevamos todos los días. Tal vez por eso estamos enojados unos con otros todo el tiempo.
A veces parece que es inminente la llegada de una tormenta, sin embargo eso nunca pasa, es como si te quedaras a punto de estornudar, así se siente.
El calor pone insoportables los ánimos y lo único que pedimos es una tregua a este clima infernal que no permite descansar.
La ciudad parece una plancha gigante en donde apenas se puede andar.
Se respira el calor insólito y uno se pregunta: ¿que demonios hago aquí?
Nunca llueve…
Y cuando llueve no limpia el agua lo que está a su paso, es tan poca…
Para nosotros ver la lluvia es un privilegio, un extraño regalo que pasa cuando Dios está de buenas con nosotros. No se como hacer para que eso sea mas seguido.
Me desespera la falta de lluvia y es que… ¡son tan hermosos los días nublados! largos, atemporales, frescos, agradables que uno quiere que llueva todo el tiempo.
Pero a lo mucho llueve quince minutos… cuando llueve.
Los antiguos enterraban cuchillos para que no lloviera, creo que abusaron de la práctica y la tierra se enojó de tanto estrujarla.
Hoy me gustaría que lloviera…